miércoles, 28 de octubre de 2015

Victoria Falls, el humo que truena

Victoria Falls al fondo.
David Livingstone descubrió las cataratas Victoria Falls al mundo Occidental en 1855, él les puso el nombre de la Reina de Inglaterra. Pero estas abrumadora corriente de agua era conocida hasta entonces por los lugareños como "el humo que truena".

La verdad que la toponimia local es mucho más descriptiva.  

Nosotros llegamos a Victoria Falls conduciendo desde Chobe, pero quizás no fue lo más rentable. Cruzar la frontera de Zimbawe con nuestro propio coche nos costó unos 100 euros a cada uno por traer nuestro propio vehículo.  Hubiera sido mucho más económico llegar hasta allí en taxi. Lo apuntamos para la próxima visita.

A pesar del gasto, nada más cruzar la frontera nos encontramos a un perro salvaje o perro moteado. El animal que aparece en el escudo del Parque Nacional de Chobe, como si hubiéramos visto en España un lince ibérico.

Un perro salvaje o moteado.
La verdad es que "El humo que truena" no estaba en su mejor momento. Era la época seca y las cataratas no estaban en su máximo esplendor. Aún así fue bonito verlo. Sólo acercarse al barranco te quedabas empapada por la fuerza del agua que nublaba hasta la vista. Las cataratas realmente están en el lado de Zambia, separadas tan sólo a unos metros de barranco de Zimbawe.


Zimbawe a la izquierda y a la derecha Zambia.
Al fondo un grupo de jóvenes bañándose arriba de la catarata.
El detalle del baño en lo alto de la catarata.
Hace unos años hubiera visto con envidia a los atrevidos aventureros que se bañaban en una poza arriba de la catarata. Este verano cuando lo he visto se me han puesto los pelos como escarpias, ¡¡qué miedo!!

Después de la visita a Vic Falls comimos en la ciudad en un restaurante llamado Mamá África. Muy recomendable con comida auténtica zimbawense, uno de los platos típicos arroz con crema de cacahuete. ¡Delicioso!

De Victoria Falls cogimos un vuelo a Johannesburgo, dónde estuvimos escasas horas descansando y de ahí volvimos a Madrid.

África te llevaremos por siempre en el recuerdo y esperamos poder volver pronto a verte. 

lunes, 19 de octubre de 2015

El río Chobe y el paraíso animal

El Río Chobe sirve de frontera natural entre Namibia y Bostwana. El agua del río brinda a la zona una fecunda vida natural, sobre todo de elefantes.

Chobe fue el broche final del viaje, la belleza del paisaje, la abundancia de naturaleza salvaje y el propio pueblo de Chobe constituyen una experiencia inolvidable. Navegar por el río Chobe, es una muy buena opción para conocer la zona.


El Río Chobe, al fondo Namibia a este lado Bostwana.

Unos elefantes que han cruzado a la zona de Namibia al atardecer.

Un leopardo comiéndose la trompa de un elefante muerto.
Era el último día en Chobe y nos faltaba por ver un leopardo. La verdad es que observarlo fue muy impresionante. Tiene una piel preciosa y se mueve con absoluta elegancia.

Un barco navegando el río Chobe.
Un hombre rema a bordo de su mokoro por el río Chobe.
Dos elefantes cruzando el río Chobe.
Los pastos verdes del lado de Namibia hacen que los animales crucen a la otra orilla para pastar, aunque luego vuelvan a Bostwana. La diferencia principal entre los dos países es que en Bostwana está prohibida la caza en Parque Nacionales desde hace dos años y en Namibia es legal, por lo que los animales de alguna forma lo saben y vuelven a casa.

Un cocodrilo con la boca abierta.

Un hipopótamo acompañado de una garcilla.



Los pájaros se comen los insectos y los restos vegetales de la piel de los hipopótamos, conviviendo en una perfecta simbiosis con ellos.

Un búfalo cafre.
Estaba acostumbrada a ver los búfalos de agua en la India, pero los búfalos de África no tienen nada que ver. Son también conocidos como búfalos cafres y son extremadamente peligrosos.



Una manada de miles de elefantes al atardecer.
Nos preocupó la elevada densidad de elefantes. Se estima que un elefante adulto come al día entre 150 y 200 kilos de vegetales, así se encuentran zonas de bosque totalmente arrasadas de vegetación. Bostwana presume de ser el país con más elefantes del mundo (con unos 140.000 ejemplares), pero la pregunta es cómo podrá convivir esa enorme cantidad de paquidermos con el resto de las especies.

El atardecer en África.
Y como cada tarde el sol inundó el cielo de rojo bermellón.


Elefantes caminando desde el río hasta el confortable bosque.

Un sable, hermoso y elegante animal.

Bebé Elefante.

viernes, 16 de octubre de 2015

Savuti y las pinturas bosquimanas


La gran atracción de Savuti es su canal de agua, que aparece y desaparece misteriosamente entre la sequedad del desierto de Kalahari. Este canal hoy seco, pero dónde se espera que vuelva a aflorar el agua, atrajo en su día a los bosquimanos, sus primeros moradores. Luego llegaron aguerridos exploradores y cazadores, que fueron inmortalizando la leyenda del Canal de Savuti.


Con las pinturas rupestres de los bosquimanos.
Las pinturas rupestres están ligadas a las que aparecieron en Tsodilo Hills, un lugar aún hoy sagrado y lleno de misticismo, que describe a la perfección Laurens Van Der Post en su libro "El mundo perdido del Kalahari". Lamentablemente nosotros nos perdimos la visita a este lugar, pero nos contentamos con subir el pequeño risco que acoge las pinturas de lo que parecen un búfalo, un elefante y un sable.

Detalle de la pintura san o bosquimana.

National Geographic grabando un leopardo.
Gracias a National Geographic nos enamoramos de África, justamente este año estaban grabando un reportaje  sobre el Parque Nacional de Chobe que saldrá a la luz en 2016. National Geographic tenía sus propias reglas en el parque y no se les podía molestar ni seguir.

Con un baobab de fondo. 

Una leona que se pierde en lo amarillo de la selva.

Un león joven de melena negra, que descansa junto al resto de su manada. 

Leonas descansando antes de empezar a cazar.

Amanece y ya comenzamos la nueva jornada camino a Chobe.