El palacio arzobispal y las parejitas celebrando el día de fiesta de San Pablo y San Juan.
La Catedral de Lima, un barroco muy especial. Al frente la fuente de bronce.
La catedral de Lima. También el la Plaza de Armas, centro neurálgico de la ciudad.
Hubo un día en el que a penas vimos la luz. Nos subimos en un avión al amanecer y aparecimos en la otra punta del mundo al anochecer, después de 12 horas de vuelo.
Lima no es una ciudad especialmente bonita por lo que hemos visto, pero hemos parado aquí porque hoy me toca trabajar con algunas reuniones buscando importador en el país andino. Ya os contaré con más detalle, que seguro que tiene su encanto.