|
El lago Léman.
|
Resulta imposible viajar a Suiza y no recordar a
Heidi y a su abuelo a cada momento. Viendo las altas cumbres nevadas y la frondosidad de las praderas.
Como acostumbro, viajé a Suiza con apretada agenda, pero tras los escasos días que estuve allí me fui con un buen sabor de boca y con muchas ganas de volver a descansar.
|
Zurich de noche. |
Cuando llegué a Zurich me esperaba una gran ciudad, de rascacielos y grandes avenidas y resulta que se parece más a un pueblecito que a todo eso.
Me gustó también ver el Principado de
Liechtenstein, de nombre impronunciable y diminuta dimensión.
Lo mejor de mi tour por Europa fue pasar el fin de semana con Diego y Sandra, días antes de que naciera la pequeña Helena en
Neuchatel. Justamente se celebraba por aquellos días, unas jornadas de puertas abiertas de las bodegas de la zona. Y allá fuimos.
|
En una de las bodegas de Colombier. |
|
La Bahía de Neuchatel. |
|
En las bodegas de Chambeau, en Colombier. |
|
Fondue para cenar. ¡Qué rico! |
Me encantó también la ciudad de
Lausanne, en la que otro día tengo que ir a visita a mi amiga Julie.
|
A un lado Francia al otro Suiza, en medio el lago Léman. |
Desde Suiza cogí el tren para cruzar los alpes y llegar a Milán. La pena es que tenía tanto sueño que no disfrute mucho del paisaje.
|
Pasando por el lago Lugano. |