Yo bañándome en el pantano, un poco fría el agua, pero enseguida te acostumbras. El problema es que no se puede nadar mucho.
Ro, recién llegadas, tras una caminata de unos 30 minutos desde el pueblo.
Julie, inmersa en una de nuestras interminables charlas.
Vuelta y vuelta, como en Los Caños o El Palmar.
La Sierra de Guadarrama aún conserva algunos neveros y los buitres que dan nombre al pueblo marcan el terreno en el cielo.
Hace poco me enteré de que existe una enfermedad llamada potomanía, la adicción a beber grandes cantidades de agua constantemente. Yo debo sufrir algo parecido pero con la terrible necesidad del baño.
En Madrid no hay playa, pero hoy nos fuimos al lago de Riosequillo en Buitrago de Lozoya y pasamos un día que me recordó con agrado a los maravillosos baños en el mar.
La Sierra de Guadarrama aún conserva algunos neveros y los buitres que dan nombre al pueblo marcan el terreno en el cielo.
¡Un día espectacular!