Victoria Falls al fondo. |
David Livingstone descubrió las cataratas Victoria Falls al mundo Occidental en 1855, él les puso el nombre de la Reina de Inglaterra. Pero estas abrumadora corriente de agua era conocida hasta entonces por los lugareños como "el humo que truena".
La verdad que la toponimia local es mucho más descriptiva.
Nosotros llegamos a Victoria Falls conduciendo desde Chobe, pero quizás no fue lo más rentable. Cruzar la frontera de Zimbawe con nuestro propio coche nos costó unos 100 euros a cada uno por traer nuestro propio vehículo. Hubiera sido mucho más económico llegar hasta allí en taxi. Lo apuntamos para la próxima visita.
A pesar del gasto, nada más cruzar la frontera nos encontramos a un perro salvaje o perro moteado. El animal que aparece en el escudo del Parque Nacional de Chobe, como si hubiéramos visto en España un lince ibérico.
Un perro salvaje o moteado. |
Zimbawe a la izquierda y a la derecha Zambia. |
Al fondo un grupo de jóvenes bañándose arriba de la catarata. |
El detalle del baño en lo alto de la catarata. |
Después de la visita a Vic Falls comimos en la ciudad en un restaurante llamado Mamá África. Muy recomendable con comida auténtica zimbawense, uno de los platos típicos arroz con crema de cacahuete. ¡Delicioso!
De Victoria Falls cogimos un vuelo a Johannesburgo, dónde estuvimos escasas horas descansando y de ahí volvimos a Madrid.
África te llevaremos por siempre en el recuerdo y esperamos poder volver pronto a verte.