lunes, 5 de noviembre de 2018

Catania, belleza decadente



Catania es la segunda ciudad más importante de Sicilia, por detrás de su capital Palermo. 

Es una ciudad repleta de edificios históricos, sin embargo, la mayoría de ellos están destartalados. Tiene un toque de ciudad decadente, mal iluminada, con la piedra de los edificios sucia... Sin embargo, está llena de barecitos con mucho ambiente, música por la calle y restaurantes para comer deliciosa comida siciliana. 


La catedral de Catania, dedicada a Santa Ágatha.
La catedral es de estilo barroco y se encuentra en la plaza principal de la ciudad que está siempre muy concurrida. De esta plaza sale la calle principal vía Etnea que está llena de tiendas y en sus perpendiculares y paralelas se concentra todo el meollo de bares y restaurantes. Justo detrás está el mercado de la pescadería, famoso por su bullicio. 

Para dormir es muy recomendable el apartamento de Casa Polena, podéis contactar directamente con Cinzia en casapolena@libero.it o por Airbnb. Es una casa preciosa e impoluta en pleno centro (al lado del teatro Massimo Bellini).

Para comer sin duda la opción que más nos gustó es Al Vicolo Pizza & Vino. Nos gustó tanto que cenamos allí todos los días. Las pizzas están deliciosas, tanto las de base blanca (con nata) como las rojas (de tomate). Realmente, lo importante es la calidad del producto- "Cuánto menos ingredientes tenga la pizza mejor", palabra de italiano.

En Catania hay que probar la Pasta a la Norma (con berenjena, tomate y parmensano) debe su nombre a la famosa ópera del compositor Bellini, al que la ciudad también le ha dedicado un maravilloso teatro.

Media pizza Bianca, con tomatito y albahaca. Menos mal que pedimos la mitad nada más, porque es gigante.

Tabla de quesos y embutidos. 



Algunas casas de la ciudad, junto a la plaza de la catedral. 


 Sobre el alquiler de coche, muy recomendable pagar el seguro completo que incluya los neumáticos. En Sicilia nos ha sorprendido el mal estado de las carreteras, llenas de socavones (incluyendo las autopistas) y lo mal que conducen con numerosos adelantamientos triples, escaso respeto a los semáforos y una interpretación libre de las rotondas.  Esto compensa con que fuera del coche, los sicilianos son realmente amables con el viajero :)


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