jueves, 21 de julio de 2022

La gastronomía de Alsacia

Siguiendo con la entrada anterior, en esta me centraré en el placer culinario que supone un viaje Alsacia. 

Después del esfuerzo que hicimos en el parque de aventuras compensamos la adrenalina y la energía gastada con una visita a la Casa del Lago para probar su suculento Bouchée à la Reine, que es un hojaldre relleno de ternera. 

El Bouchée a la Reine, con una salsa de nata y una especie de gnocchis (ñoquis) para acompañar.

Y es que visitar Francia siempre tiene un componente gastronómico, en este viaje conocimos varios restaurantes tops, como el Auberge des 3 Vallées con su especialidad en carpa frita. Cuando estaba jugando fuera del restaurante con mi hijo, me encontré a una señora también con su retoño y me hizo mucha gracia por que me preguntó: "¿En cuántos idiomas le hablas a tu hijo?" Me pareció una pregunta muy característica de la zona francesa de Alsacia, localizada entre Suiza y Alemania, dónde todos hablan al menos francés y alemán o inglés. Y muchos también italiano o español. Desde entonces hablo con mi hijo también en inglés, algo se le quedará aunque no sea un buen acento :)


Carpa frita, al estilo del pescaíto frito alsaciano.

Cena en familia.

Otro restaurante que nos encantó fue A la Porte Haute en Kaysersberg, dónde probamos el típico codillo con chucrut, el famoso estofado de Alsacia hecho con ternera, patatas y zanahoria: baeckeoffe y nos llevamos para cenar las típicas tarte flambée, que son como pizzas con base de crema agria y después cebolla y tocino. Menos mal que a la vuelta sólo pesan las maletas y no a los pasajeros en el avión, porque es imposible acabar la comida sin probar algún postre como las deliciosas tartas de queso, el famoso queso de la zona, también conocido como queso pestoso pero delicioso: el Munster, el típico kougelhopf, un pastel hecho con almendras y pasas con forma de corona de rey o los Bretzel, una galleta salada en forma de lazo, que se come normalmente de aperitivo con una cerveza, aunque ahora han hecho también versión dulce. Y si visitas la zona en Navidad verás que el Mannel de San Nicolás, la galletita en forma de hombrecito, se ha convertido en el símbolo navideño de la zona. 

El codillo con chucruc y mostaza.

Chantal frente a una casa decorada con el Mannel.


El kougelhopf.

    

Enfrente de A la Porte Haute se encuentra otro restaurante con mucha historia. El hotel restaurante Hassenforder, que recibe su nombre del ciclista alsaciano que consiguió 8 victorias de etapa en el Tour de Francia y una en la vuelta española. Cuando se retiró montó este restaurante, cerca de su pueblo natal, que sigue regentando su familia. 

Y hablando de gastronomía en Kaysersberg cabe destacar el restaurante hotel  Relais & Châteaux de dos estrellas Michelin del chef Olivier Nasti: La Table d´Olivier Nasti y al lado el pequeño bistró con mención en la Bib Gourmand La Vieille Forge, en el que no estuvimos pero dónde sólo mirar por tras la ventana ya es un placer :)


La Vielle Forge.

Y para terminar la sección gastronómica y familiar hay que hablar de las salchichas a la barbacoa de totó Dominique y la tante Chantal, que nos acogieron en su casa y nos trataron como si estuviéramos en un resort balinés. Merci Beacoup !!!



Cena al fresco. 

                                                
Totó Dominique, encargado de la barbacoa.


Merci Beacoup, à bientôt!!!!

P.D. Los vinos de Alsacia merecen una entrada a parte y mucho más conocimiento que el mío, que sólo sé que mis preferidos son el Pinot Gris y el Riesling :)  

Alsacia: Kaysersberg y el lago de Kruth-Wildenstein

La familia en Kaysersberg.


Dice mi tía Cristina, que la familia es una decisión, son vínculos que decides cultivar o no. Seguramente, sea como la amistad: aquel afecto personal y puro que nace y se fortalece con el trato. Pues con la firme decisión de cultivar los lazos familiares nos fuimos a Alsacia a encontrarnos con parte de la familia de Álvaro.

Un rincón de Kaysersberg.

Los primos de Álvaro viven en un pueblecito al lado de Mulhouse y desde allí hicimos algunas excursiones. El primer día totó Dominique y tante Chantal nos llevaron al precioso pueblo de Kaysersberg, en la ruta de los vinos de Alsacia. Esta pequeña villa lo tiene todo para haber sido elegida "el pueblo favorito de los franceses": un castillo, un entorno idílico rodeada de verdes montañas y recorrida por el río Weiss, unas casitas preciosas, de madera con vigas vistas y decoradas como si de un cuento infantil se tratara y encima un vino blanco delicioso.

De paseo en familia por Kaysersberg.
                  


Algunas casas tienen la segunda planta más grande que la primera, porque se pagaban impuestos en función de la la base construida.

La plaza del ayuntamiento.
 
        
Algunas casas bonitas del pueblo.


En Navidad el pueblo está todavía más bonito con su mundialmente famoso mercado navideño.

Otro día seguimos nuestra ruta hacia el lago de Kruth-Wildenstein. Es también un destino típico de los franceses atormentados por las altas temperaturas que necesitan un poco de fresco y algún que otro chapuzón. Nosotros aprovechamos también para hacer el mono, en el parque de aventuras en los árboles

El lago artificial entre los pueblos de Kruth y Wildenstein. Ya muy cerca de la estación de esquí.

 

  
Haciendo el mono.


Con la banda sonora de los ewoks.


Sigo en la entrada siguiente con la gastronomía alsaciana, que da mucho de sí. Y esta entrada la despide Félix pensando en su próximo viaje. 

Félix suplicando a sus padres que no le lleven más en RyanAir...