domingo, 26 de agosto de 2012

Inés y Antonio

Partiéndose de risa durante la ceremonia.

La boda de Inés y Antonio salió genial, estábamos todos muy contentos porque cada invitado había puesto su granito de arena para que la boda saliera adelante y todos nos hemos sentido parte del evento del año. Las niñas nos encargamos de los postres y la verdad que la comisión pastelera funcionó a las mil maravillas. Hay algunas que ya piensan en montar un negocio fresa y nata. Eme cuenta en su blog Oh! Eme la hazaña con todo lujo de detalles.

A la llegada. Para ser Inés no llegó muy tarde... 
Que se case una de tus mejores amigas es como si se llevarán un poquito de tu alma, tantos recuerdos, tantas experiencias, tantos años compartiendo tantas aventuras. Menos mal que Antonio es un tio muy guay, que pronto se ha convertido también en un buen amigo y juntos seguimos compartiendo muy buenos momentos. Y se les ve tan felices juntos!!

Os dejo algunas fotitos de la boda del año!!

Momentos para la posteridad. Lloro pensándolo de nuevo.


La tarde cayendo está. 

...y todo el campo, un momento,
se queda mudo y sombrío, meditandoSuena el viento
en los álamos del río.
Con Jorgito. Rememorando nuestra intervención en COU. 
Jorge otra buena pieza, que el día que se case a ver la que se va a liar.

En la mesa de los postres con mucho amor.


Nati (otro gran fichaje), Pao y Laurita. 
Lauri! A ver si nos vemos más que te echo de menos!

Comisión pastelera, satisfechas por el trabajo bien hecho.
Con los novios, entre pasteles.
La novia: ¿Por dónde empiezo? ñam ñam
 Y empezó la fiesta!

Inés y Chema. ¡¡Viva el padre de la novia!!!

Inés y Lorelaine. Dándolo todo!! Lore la tuya en París!!! :))))

El día que probaron las luces, contentos con lo bien que iba quedando todo!


Qué corto se me hizo!! Casaros otra vez!! También me encantó de la boda, los días previos en los que conoces a todos los amigos de ambas partes, a la familias ...y se hace una gran piña! Qué bien me lo pasé!!! Me he quedado con ganas de boda. ¿¿Quién se anima??? 



martes, 21 de agosto de 2012

Cuentos sobre la pobreza

El viaje es siempre una superación de nosotros mismos, en este caso compartida con Moncho, Ramón Egea.

Cuentos sobre la pobreza de Ramón Egea

Estábamos subidos en la cornisa de un barco para turistas
camino de un islote
casi como si fuéramos los dueños,
sobre nuestras cabezas lucía el cielo ciego y enorme de tu Turquía acuática;
tú sacabas los modales de girlscout abusona para conseguir un sitio solitario
sobre las colchonetas calientes,     
no desterremos nunca la violencia, amor,
no perdamos nunca el ansia por volver al hotel a darnos nuestro merecido
ni por los autobuses de lujo en Turquía que nos salvan de la asfixia:
en otro punto del mundo, en la pantalla del teléfono,
supermercados asaltados y el rímel corrido de las cajeras
y sus lágrimas de miedo al dique seco
y esa foto increíble de mis piernas blancas y tu cabeza apoyada
navegando el mar Egea y las redes al instante,  milagros felizmente siameses,
que traes el frío de los mares para que no me abrase
y que me prestas tus brazos pacientes como manguitos,
siempre firme sobre tus pies duros e ilimitados, siempre hacia delante.
Tus besos son un dragón marino dormido en el fondo del mar.
Y yo pensaba, hacía números (ya me conoces)
con la atrofia de los músculos alrededor de la boca y
la incapacidad de enseñar correctamente los dientes de quien
come con hambre los alimentos que huelen a furgoneta.
Y con el agua al cuello te dije que me estabas enseñando el paraíso
de los empeines quemados y del esfuerzo dulce en la espalda
de quien nada de nuevo.

Ramón Egea
Agosto ´12
http://www.antipoesia.com/2012/08/cuentos-sobre-la-pobreza.html

Bizancio, Constantinopla, Estambul...

                           
La Torre Gálata iluminada. Mi segundo rincón favorito de Estambul.


Antes de emprender un viaje siempre me gusta armarme de buena literatura del país. En este caso, me hice con el interesante "El libro negro" del famoso Orhan Pamuk, Premio Nobel de Literatura 2006. La novela de   tinte negro y existencialista cuenta la historia de un abogado de Nisantasi abandonado por su mujer. El autor se recrea en los paseos desesperados y oscuros del protagonista por la ciudad, haciendo especial mención de las calles de su barrio y de Beyoglu, dónde se encuentra la Torre Gálata, que me encanta desde cerca y desde lejos. Pamuk reflexiona reiteradamente en este libro sobre la posibilidad del individuo de ser realmente él mismo, este dilema se extrapola de alguna manera a la capacidad de Turquía de encontrar un lugar en el mapa mundial sin perder su ideosincrasia, sin sucumbir a los preceptos de Occidente. Un ejemplo de la occidentalización del país, es por ejemplo, el uso extendido del váter de taza, que ha sustituido en su totalidad al abujero en el suelo y al anexo cubo de agua. Sin embargo, conserva el váter turco una peculiaridad  y es un chorro de agua que hace las veces de cubo. Moncho se enamoró del concepto :) 


Deborando a Pamuk en un Gulet, barco de madera tradicional, que partía de Cesme y nos llevó a algunas playas.

Como si de una novela se tratara, en el barullo de la calle Istikal me encontré a una vieja amiga de la ruta quetzal . La periodista colombiana Juliana Vergara con la que coincidí cubriendo la Ruta hace unos cuantos años ya, la casualidad y lo afortunado del encuentro lo celebramos con una cervecita fría justo abajo de la Torre Gálata, dónde turcos y foráneos hacen botellón, a pesar de que eran los últimos días del Ramadán. Me recordaron tiempos de la juventud de antaño cuando se podía beber en España en la calle sin miedo a una multa sustanciosa.

Con Juliana celebrando las casualidades de la vida, es que el mundo es en realidad muy pequeñito.

 La Torre Gálata rodeada de paisanos sentados en el suelo bebiendo cerveza y comiendo pipas.

Bodrum de una aldea de pescadores a destino de la jet set

Dos chicos juegan en la playa, parece la lucha de aceite más típica de la Tracia turca. Al fondo el Castillo de San Pedro. 

Bodrum, la antigua Halicarnaso, ha sido durante muchísimos años una pequeña y tranquila aldea de pescadores, engalanada por el bonito Castillo de San Pedro que embellece la estampa de la ciudad. De repente, un día se puso de moda la zona y ahora es destino vacacional por excelencia de la jet set del país y de medio Italia. De hecho, se conoce como el Saint Tropez turco.

Por la mañana, el pueblo descansa un poco ya que los veraneantes salen a explorar en barco las aguas turquesas del mar Egeo en sus magníficos veleros. Durante las tardes y las noches resulta complicado andar por las encaladas callejuelas, repletas de gentío, tiendas y bares que resuenan hasta el amanecer.



 El teatro romano, a las afueras del pueblo.

Aunque realmente lo que da fama a Bodrum es su mausoleo, también parte de las 7 maravillas del mundo antiguo. Sin embargo, hoy no queda ni resto de lo que fue aquella tumba grandiosa del sátrapa Mausolo (construido en el siglo IV a.C.) que da nombre hoy al genérico de las construcciones funerarias eminentes. Los restos arqueológicos fueron expoliados y las mejores piezas se encuentran en el British Museum de Londres.

Una instantánea del camino de Bodrum a Izmir en los muy buenos autobuses de la línea Pamukkale, muy recomendables. 

El Artemision y la fugacidad de la gloria


El templo dedicado a Artemisa (del siglo IV a.C.), conocido como el Artemision fue condierado una de las siete maravillas del mundo antiguo, Plinio lo definió como "la luz de Asia". Contaba con 127 columnas, era el más grande del mundo griego y tardó en construirse 120 años.

Una columna señala el lugar dónde se encontraba el maravilloso Templo de Artemisa, Éfeso (Selcuk).

De toda aquella grandeza solo queda hoy una columna como alegoría de la fugacidad de la gloria y la levedad del tiempo, una columna que además es una reconstrucción elaborada con diferentes restos de fustes.

 La diosa Artemisa labrada en mármol.

En el Museo Arqueológico de Selcuk se pueden apreciar varias estatuas de Artemisa. La diosa está siempre representada de frente. Las protuberancias, se cree que pueden representar senos, como símbolo de fertilidad. Ver Guía Arqueología Éfeso y Pérgamo. Pasado y Presente de Eugenia Equini Scheider. Univ. Roma.2008.



En el mismo museo podemos encontrar el famoso Príapo, con su descomunal pene, símbolo de la fertilidad. Para no herir sensibilidades la vitrina está a oscuras y hay que encender un interruptor para verlo.

Un lucernario que utilizaban como lámpara, con aceite lampante por cierto, con motivos del dios griego Eros, que heredó la cultura católica como San Valentín. Museo Arqueológico de Selcuk.

El patio del Museo, con algunas esculturas de tamaño humano que ayudan a imaginar aún con mayor realismo cómo eran de imponentes los edificios de antigua Éfeso.

El Museo es muy agradable de pasear, aunque no es muy amplio y eché de menos más información sobre los yacimientos. 

jueves, 16 de agosto de 2012

Pamukkale, la montaña de algodón

La montaña de algodón, en turco Pamukkale.

Tras una serpenteante carretera rural se vislumbra una montaña blanca. A primera vista parece nieve, sin embargo, es en realidad un yacimiento de calcita que se puede recorrer a pie entre los manantiales de aguas termales que brotan de la montaña. Impresionante. Ya los griegos encontraron en lo alto de esta montaña un lugar perfecto para levantar una ciudad balneario: Hierápolis. Lo mejor de todo, en su antigua piscina termal se pueden seguir bañando los turistas y viajeros, entre restos de fustas, capitales y basas romanas y griegas. El agua caliente con cal no es apta para bucear con los ojos abiertos, pero qué buena idea traerse una cámara acuática de carrete. Habrá que esperar al revelado como antaño. Mientras, os dejo con estas bonitas instantáneas.

En una de las termas de la montaña.

La piscina con los restos arqueológicos. La entrada cuesta 15 euros que a pesar de ser caro por lo menos impide la gran aglomeración...

Aquí hay más gente que personas, que dice aquél...

El teatro de Hierápolis, con un aforo de 12.000 espectadores. Los arqueólogos suelen calcular la población de una ciudad antigüa multiplicando por 10 el aforo de su teatro.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Éfeso y la gran recreación del mundo grecorromano

Éfeso es el lugar dónde mejor he entendido cómo sería la vida en los tiempos grecorromanos. En su momento de esplendor Éfeso era una capital de la provincia romana de Asia con más de 250.000 habitantes. Durante 150 años se han excavado estas ruinas de las que todavía queda mucho por descubrir. Además de los espectaculares teatro y biblioteca de Celso, me parecieron increíbles las casas romanas, perfectamente recuperadas con sus murales en colores y las columnas de sus patios. 

La Biblioteca de Celso data del siglo II d.C. y aún conserva su fachada. 

En este lugar se guardaron más de 12.000 rollos en hornacinas en las paredes, fue la tercera biblioteca más grande del mundo, después de las de Alejandría y Pérgamo. En su fachada aparecen los típicos trucos arquitectónicos que estudiamos en el colegio, la base de la fachada es convexa, lo que aporta altura a los elementos centrales y las columnas y capiteles del centro son más grandes que los de los extremos. Todo sea por la simetría perfecta partiendo de la visión humana.

El detalle de un capital del odeón con una vaca labrada.


Justo llegamos a tiempo para una representación en el pequeño odeón de la entrada, aquí se discutían sobre todo temas municipales, aunque a veces también se representaban algunos espectáculos.

La vía de los curetes con sus columnas e inscripciones a los lados, también aparecen las esculturas de personajes ilustres de la época, como médicos y otros sabios.

La vía de los curetes hacía la Biblioteca, la muchedumbre de turistas ayuda a imaginar a los romanos con sus togas y sus sandalias paseando por la ciudad.

Me encantaron las casas, con sus patios y sus mosaicos perfectamente definidos. Al fondo la cocina y la letrina.

Detalle de un mosaico de Poseidón en una de las casas romanas, de algún pudiente de la época.

Las letrinas públicas, aunque en las casas de los ricos había cuarto de baño privado aún así solían venir a las letrinas como centro de reunión, por debajo corría el agua continuamente.

Moncho en la Biblioteca.

En la Biblioteca junto a una de las virtudes, creo que esta es Sofía, de la sabiduría :)

Inés y Antonio, ideas para vuestro book de fotos. Una joven pareja se fotografío con mucho arte con un grupo de japoneses, encantados de hacerles los coros.

El gran teatro y al fondo la calle del Puerto que acababa en su día en el mar.

Después el mar retrocedió y la zona se convirtió en un área pantanosa muy proclive para los mosquitos y la malaria, por lo que finalmente la ciudad se abandonó...

Dormimos en Selcuk a 1 hora caminando de las ruinas, el pueblo es bonito tiene el Museo Arqueológico que iremos a visitar mañana para entender mejor el mundo clásico y un acueducto, que se ve en esta foto desde el Ejder Restaurant, un lugar muy recomendable para comer, para dormir Jimmy´s Place!

Hoy hemos estado en Pamulake en Hierápolis... continuará...

domingo, 12 de agosto de 2012

Un saltito a Grecia: Quíos


En la playita, feliz cual perdiz. 


A sólo 8 km de Cesme está la isla griega de Quíos y por hacer la gracia de cambiar de país hemos ido de visita esta mañana. Qué buena idea! Hemos estado en la playa Agia Fotini, aguas transparentes y cantos rodados, poquita gente y un barecito azul y blanco precioso. Hemos comido sardinas y ensalada griega deliciosa. La verdad es que me ha dado pena dejar aquel paraíso.
De camino a la playa.


Detrás de los bonitos paisajes y de una isla rica por sus molinos de viento de piedra, sus aceitunas y sus higos, se esconde una terrible historia. Durante la Guerra de la Independencia 1821-1829 los otomanos atacaron la isla matando a 20.000 personas. Más info.


 El Castillo de Quíos o Xíos con la bandera griega. 

En los pueblos fronterizos suele exaltarse el simbolismo patriótico, éste es un buen caso de una pequeña isla llena de banderas griegas.


 Un barecito en el interior del Castillo, lleno de bares y casas.


Un barquito de vela, que me ha dado mucho que pensar...  

En la próxima aventura me encantaría recorrer el Mediterráneo en velero. ¿Alguien se apunta?

Cesme

Cesme y su Castillo, desde el mar.


Cesme es un pueblo pequeño, de turismo nacional turco, con muchos yates y barcos de velas y un castillo genovés que construyó el sultán Beyazit (1508) para protegerse de los piratas otomanos. Nos recomendó fervientemente esta localidad Gulce, una chica turca. Muchas gracias, nos está encantando!!!

La playa del pueblo tiene valor casi testimonial, pero muy cerquita hay otros pueblos con playas de aguas azul turquesa. Por ejemplo Altinkum, aunque con demasiada gente. Cenamos en un bar muy típico que nos encantó, se llama Imren Lokantas, por si pasáis por aquí.

 Moncho estudiando la guía Lonely Planet, en el Paseo Marítimo de Izmir.