Desde que llegué a Castillo de Canena he viajado a Vigo, Canena, Sevilla y Barcelona, esta última con Alimentaria.
Pero mi primer viaje de negocios fuera del país ha sido a Emiratos Árabes y Qatar. En escasos 5 días recorrí con mi jefa, Rosa: Dubái, Abu Dhabi y Doha.
La verdad es que son ciudades increíbles de prominentes rascacielos e incipiente actividad, sobre todo las dos últimas. Un lugar increíble para estudiar arquitectura contemporánea y deleitarse con las delicias gastronómicas de Oriente (pistachos, dátiles, zumos, etc).
Me gusta haber conocido estos lugares por el trabajo, porque no creo que hubiera ido nunca de placer. Son ciudades centradas en el lujo de los hoteles de cinco o siete estrellas y en el consumismo marquista de los grandes malls. No se puede pasear por la calle, sólo por los centros comerciales, por lo menos hace calor todo el año y se puede ir a la playa... Eso sí, un poco tapadita siempre y con prudencia con las expresiones de afectividad entre hombres y mujeres. El alcohol está totalmente prohibido, salvo en los hoteles.
Durante una de nuestras reuniones los dueños de Wafi Gourmet, una cadena de supermercados preciosa, nos invitaron a cenar en su restaurante de especialidades árabes. Deliciosa comida e inmejorable atmósfera.
El edifico que más me gustó fue el Museo de Arte Islámico del americano de origen chino Ieoh Ming Pei, el autor de la Pirámide del Louvre.
Me encanta la manera en la que representa a la perfección las formas del arte musulmán con líneas tan sobrias. Minimalismo oriental frente algarabía árabe.