martes, 20 de marzo de 2012

De repente, O Porto!

Al fondo la catedral y la ciudad de Oporto, la ribera y el teleférico.

La típica estampa con las casas de colores de la ribera en primera plana, como era de esperar estaba de bote en bote de turistas y paseantes autóctonos.

El puente empezaba sin planes, pero de repente el mismo viernes por la noche decidimos pegarnos una escapada... por la mañana ya teníamos coche alquilado y un cd de fado grabado, ¡nos íbamos a Oporto!

La elección, como casi todos los planes de última hora, fue estupenda. No pensaba que Oporto fuera una ciudad tan bonita, me encantan sus murales añil y blanco de azulejos y sobre todo la ribera del Duero, el río del oro. Tantos colores y tanta luz.

El río tiene mucha actividad, pero sobre todo turística y recreativa.

Las barcas hoy de recreo recuerdan cómo se transportaba el vino y otros enseres en otra época.

Desde la plaza de la catedral.

A la orilla del río.


La iglesia de San Ildenfonso, una familia posa tras un bautizo.

La iglesia del Carme y su fachada de azulejos.

Oporto tiene un punto decadente, de edificios destartalados, otrora grandes palacios diezochescos. Su época de esplendor debe coincidir con la de Cádiz y otras ciudades marineras que miraban a las Américas. El graznido de las gaviotas, la luz reflejada en las olas del río -que enseguida se convierte en Océano Atlántico- y la celebración de la vida al sol, me recordó mucho al buen hacer de mi ciudad natal, Cádiz..Cambiando el Jerez por el Oporto al son de las olas.


Nuestro hotel Das Artes, también tenía azulejos azules pero más modernos.

Un edificio desvencijado.

Una placita que alumbra la primavera.

Detalle de la capilla de las almas.

Moncho junto al río, detrás el puente de Eiffel.


El mejor plato de la jornada, bacalao a la braga, en el mítico Pedro dos Frangos, delicioso bacalao como caramelizado con cebolla, pimientos y aceitunas. La salsa espectacular! También reseñable la francesinha, una especie de sandwich rebozado y con filete de ternera, queso, jamón y chorizo en salsa picante. Hoy empieza el régimen!! :)

Antes de llegar a Benavente, dónde dimos cuenta de un hojaldre de merengue para merendar.

De viajar en coche, me encanta parar dónde y cuándo uno quiera. Además de la radio. Al ir paramos en Aveiro, pueblecito de playa, al volver en Gimaraes y en Villavella, Galicia, a comer.

En el Castillo de Guimaraes, justo al lado está el señorial Palacio de Braganza. By the way, la falda es de La seta coqueta de mi amiga Sole :)


Qué bien se vive de vacaciones y sin rumbo!!

3 comentarios:

K. dijo...

Es un post estupendo, pero lo que más me gusta de toda la entrada es que pone "jamón y chorizo".

Jamón chorizo.

Jamonchorizo.

inés dijo...

Ja ja ja ja ja
¡Qué bien se os ve Clarita!

Clara dijo...

K. Sí llegué a ver un dibujo de Jamonchorizo en la puerta de un bar de Salamanca :))

Inés!! Miss you nos vemos en Semana Santa con un bañito y unas patatitas fritas al sol no??? MUAKKK