domingo, 19 de mayo de 2013

Un día en Taipei

Lo divertido de viajar por trabajo es que a veces pasas escasas horas en un país al otro lado del mundo, sin tener ningún rumbo ni obligación. No hay mucho tiempo para hacer visitas turísticas, pero en el poco tiempo libre del que dispones puedes tomarle el pulso a la ciudad y pasear a la aventura, a ver de qué puedes enterarte...


Eso me ocurrió en Taipei, llegué un domingo por la tarde y me fui un lunes a las 15.00 horas. Pero el domingo de 5 a la hora de dormir tuve unas horas para perderme por la isla. Entre el jet lag y la atrofia de las 12 horas de vuelo sólo podía pensar en andar hasta cansarme y en estirar las piernas.


La Torre Taipei 101, su nombre se debe al número de plantas y es uno de los rascacielos más altos del mundo.   
A este hombre también le apetecía estirar piernas.

Me sorprendió de Taipei, lo verde de la ciudad y las facilidades que presenta para recorrerla en bicicleta. Justo al lado del hotel estaba el Jade Market, que ofrecía básicamente flores y plantas al que las quisiera comprar.

La buganvilla me recuerda a los veranos en Roche, me encanta encontrármela por el mundo.

Este hombre preocupado por la gripe aviar observa los helechos del mercado.

Se puede recorrer todo Taipei en bici.

Un pequeño templo por el camino.

Y otro en medio de una rotonda.

El Palacio Presidencial.

El Templo Longsham, me recordó mucho a los de Tailandia.

La hora de la oración.


El incienso niebla el ambiente.

Un mítico karaoke en un mercado.


Después de dar una vuelta por el Huaxi Night Market me fue al hotel sin cenar...


Un puesto callejero...

A la entrada de un restaurante como parte del menú, una serpiente albina...


En el mismo restaurante del Huaxi St. Night Market.

2 comentarios:

Elena dijo...

intuyo por qué te fuiste a la cama sin cenar ... entre serpientes albinas y ratones ... me imagino el resto del menú ...

Clara dijo...

yes... se me cerró el estómago...