Opera House, Sydney

El Leitmotive de Sydney es sin duda su Opera House. Me cuesta imaginar la majestuosidad de su Bahía, incluyendo su enorme puente de hierro (Harbour Bridge), sin esta delicada expresión de la arquitectura expresionista, obra del danés Jørn Utzon. El arquitecto empezó el edificio en 1957 y en 1973 fue inaugurado por Isabel II, por entonces también Reina de Australia. Aunque el arquitecto danés dimitió de su labor unos años antes debido a luchas políticas y de egos. 

El edificio fue controvertido desde sus inicios, pero desde luego mereció la pena que políticos, arquitectos e ingenieros se pusieran de acuerdo.

Vistas de la Ópera y el Harbour Bridge desde Quay Station. 

Cuenta la historia, que cuando James Cook llegó a Australia en el siglo XVIII pensó que este era el mejor puerto natural que había visto nunca. Por cierto, por lo visto portugueses y españoles ya habían descubierto Australia y su vida aborigen en el siglo XVI. Pero se debe a Cook y a Arthur Philip el reclamo de la Costa Este de Australia para el Reino de Inglaterra.

Opera House desde el otro lado de la Bahía. 

Ambientazo a todas horas. 

 El paseo que une el puente con la Ópera es el camino más transitado de la ciudad, está lleno de barecitos dónde turistas y locales disfrutan de unas cervezas al sol.

Las "conchas" del edificio están cubiertas de azulejos blancos y mate que reflejan la luz del sol. 

La compleja arquitectura de las cúpulas o "conchas" que cubren el edificio han sido ejemplos para otros muchos edificos como algunos diseñados por Frank Gehry o el mismo Templo del Loto de Nueva Delhi, que guarda con éste cierta semejanza. Algunos ven en su diseño las velas abiertas de un velero, otros una amalgama de tortugas en celo. 

Desde Botanic Garden.

El edificio fue uno de los primeros ejemplos en el uso de análisis computacional en el diseño de formas complejas. 

Desde Harbour Bridge.

Una de las mejores vistas de la Ópera se tienen desde arriba del puente, hay que ir andando porque desde el coche no se ve nada.