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| El Hall Central del nuevo Rijksmuseum. |
Las obras han durado más de diez años, en principio los arquitectos españoles proyectaron cortar el paso de bicicletas por la calle de entrada del museo, que también es la vía de unión de la zona antigüa y la nueva de la ciudad, pero recibieron una terrible oposición del lobby ciclista.
Es muy graciosa esta entrevista a Antonio Cruz, dónde dice: "Tardé demasiado en comprender que impedir el paso a los ciclistas era como alterar el recorrido de una cofradía en Sevilla". Y dónde bromea sobre la dificultad de construir en una ciudad dónde todo el terreno está ganado al mar: "Si metes aquí una pala en el suelo, necesitas un marinero antes que un albañil".
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