martes, 3 de julio de 2018

Poetisa en Nueva Yora

Nueva York, me parece que podría ser la portada de "La mujer singular y la ciudad".
New York desprende tanta acogedora vitalidad como una abrumadora soledad. 

Nueva York nos hace sentir muy pequeños y muy grandes a la vez. Es tan Federico García Lorca como Vivian Gornik. Tan gris como verde. La ciudad del consumo, del 24 hours, del siempre abierto, del siempre en movimiento. Dónde resulta una delicia sentarse a contemplar. 


La primera vez que llegas a Nueva York es como si ya hubieras estado allí, el humo que desprende el asfalto, los taxis, los rascacielos... Lo hemos visto tanto en las películas que forman parte de nuestro imaginario colectivo. Así Nueva York se hace fácil, hospitalaria. El español transita con normalidad por sus calles. El idioma, digo. De los españoles, en general, me comentaba el taxista de Uber que no había muchos en la ciudad, que conocía muchos franceses, alemanes y otros europeos. Pero que España no debía estar tan mal si la gente no venía a trabajar a Nueva York. "No sé. Lo mismo no se atreven con el Uber", le comentaba. Es fácil entablar conversaciones con cualquiera sobre cualquier cosa en Nueva York. 


En el meollo, Times Square.

Times Square. El centro neurálgico del consumo.

Hope. Del artista americano Robert Indiana
 A pocos pasos de Hope, se encuentra la palabra Love del mismo artista. Son ya esculturas icónicas del Pop Art, parte de la Gran Manzana.


Central Park, al fondo Manhattan.



El Atlas de Lee Lawrie y Rene Chambellan en Rockefeller Center. 
 Atlas carga con el peso del mundo sobre su cabeza, en este caso el mundo también representa un reloj solar.


La Catedral de Nueva York.
 Normalmente cuando llegas a una ciudad, yendo a la Catedral irías directamente al centro de esa urbe. En Nueva York la Catedral queda un poco escondida entre tantos rascacielos. Mejor buscar la tienda Lewis o el Apple Store para ubicarse.



Banderas por doquier. Patriotismo.

Vigilancia en la Torre Trump.
Uraeus, del escultor alemán Anselm Kiefer. Podríamos llamarlo el libro alado de Rockefeller Center. 

La Biblioteca Nacional. 

Desde la ventana de hotel. Ese parking ya tiene un décimo piso de altura.
Deliciosa burguer artesana con queso en Union Square Burguer.


4 comentarios:

Elena dijo...

Nos apuntamos a tu próxima escapada!!! Me gusta leer tu blog pero más me gustaria salir en las fotos contigo!!!! Muaaccc

Clara dijo...

Organizamos para ir juntas Elena ����

Lorena dijo...

Me encanta Nueva York!

Clara dijo...

!A mi también! Podemos hacer allí próximo reencuentro ☺️