viernes, 16 de diciembre de 2016

Un rápido paseo por Manila : Intramuros

Al llegar a Manila todo son ruidos estrepitosos de cláxon. Las casas desvencijadas conviven con los rascacielos. Y la playa es un parque de atracciones, que impide ver el mar desde la orilla.

A pesar de la primera impresión, un poco nefasta, encontré un trocito de Manila que me gustó: Intramuros. Un pequeño resquicio de los tres siglos de colonización española de Filipinas, que de hecho debe su nombre al rey español Felipe II. Los números y algunas palabras como guapa o zapato, también son algunos de los vestigios de la dominación española.

Está claro, que Manila, no es lo más bonito de Filipinas que una vez dejas la capital, parece ser que es totalmente paradisiaca. ¡Definitivamente tengo que volver de vacaciones!


Un rinconcito de Intramuros. Casa Manila.

Otro rinconcito de Intramuros. Casa Manila.

Intramuros. Casa Manila.
La Catedral de Manila.



La Iglesia de San Agustín. Me recuerda a la piedra ostionera de Cádiz.
 Para comprar cosas bonitas para la casa, hay que ir a la tienda Silahis .


 A parte de Intramuros, también me gustaron algunos restaurantes como el español Las Flores y Black Bird en la torre de control del antiguo aeropuerto, cuyas pistas de despegue se han convertido en una de las avenidas principales del barrio Makati.


Restaurante Blue Bird.
En la playa han montando un parque de atracciones dónde van los filipinos de la capital a pasar el día e incluso el fin de semana. El Chef del Conrad nos contaba que hay familias que cruzan la ciudad para ir a la playa y ya se quedan a dormir en un hotel para no volver a cruzar la ciudad, con el horrible tráfico que hay.


La playa de Manila, desde el Hotel Conrad.



Calamansi, una fruta típica de Filipinas.
En el restaurante Las Flores nos pusieron un tartar de atún con mayonesa de Calamansi que estaba buenísimo!


Viaje Noviembre 2016. Traviajando.

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