El primer día fuímos a dar un paseo por Masaya y luego Granada.
La artesanía nicaragüense es preciosa, cerámicas, coloridas telas, instrumentos de madera, hamacas... Estuvimos en el mercado antigüo de Masaya (muy turístico) y en el mercado de la ciudad (mucho mejor).
El fervor cristiano de los nicaragüenses da casi grima, de hecho el eslogán del gobierno es Nicaragüa: Sandinista, Cristiana y Solidaria. El poder de la Iglesia está a la altura de el del propio Estado.
Nos tomamos un jugo exquisito y seguimos paseando hasta Granada, ciudad colonial, que durante años se turnó la capitalidad del país con León. Conservadores y liberales respectivamente se iban turnando en el gobierno y llevándose la capital a su lugar.
Granada es una ciudad de artesanos y artistas, tranquila y agradable. Cuando cae la tarde los colores de las paredes realzan la magia de sus calles. Me gustó mucho.
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