jueves, 11 de agosto de 2011

Nicaragüa o el mundo de Andrea

Un paseo por Granada.

Hace un par de días llegué a Managüa, una ciudad extendida y de baja construcción, situada junto al lago Xolotlán o Managüa.

Andrea explicaba en su blog con un poema de Miguel Brieva, a lo que se puede parecer esta ciudad, de tristes reminiscencias.

Instrucciones para la vida:
1. Primero se piensa en las carreteras,
los bloques de piso de veinte alturas,
los tendidos eléctricos que habrán de abastecer cientos de miles de aparatos televisores.
2. Se entierran redes kilométricas de tuberías de ida y vuelta;
se cubren de cemento gris grandes explanadas de campo y se depositan ordenadamente los coches.
3. Seguidamente, se reparten los carteles publicitarios por todos lo huecos oportunos y se ponen en marcha los poderosos motores de la ventilación artificial.
4. Por último, se espolvorea todo de seres humanos hasta que ya no queden más.
5. Y entonces se vive.
-Miguel Brieva-

Después del terremoto de 1972, no se han vuelto a construir grandes edificios en Managüa y
todos prefieren vivir cerca de la tierra, del suelo. En letreros pegados en los coches se pueden ver versículos de la Biblia y agradecimientos a Cristo por permitir la vida. Y es que Nicaragüa es un país en luto, primero la guerra civil de sandinistas contra Somoza (1978-1990), el terremoto devastador (1972) y luego el huracán Mith (1998). Además de los aterradores índices de violencia familiar...

Andrea en la plaza de Masaya tomando un jugo de fresa.

Andrea lucha desde hace dos años en este país por aportar un poco de luz a este mundo tan hóstil, con su organización Cisas, trabajan por la educación sexual y reproductiva desde un enfoque feminista. Cuenta historias terribles de violaciones y abusos, pero dentro del caos, creo que nunca ha estado tan cerca de lo que realmente siempre ha querido hacer y dónde siempre ha querido estar. Muchas cosas por aprender de personas tan comprometidas...


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