jueves, 16 de agosto de 2012

Pamukkale, la montaña de algodón

La montaña de algodón, en turco Pamukkale.

Tras una serpenteante carretera rural se vislumbra una montaña blanca. A primera vista parece nieve, sin embargo, es en realidad un yacimiento de calcita que se puede recorrer a pie entre los manantiales de aguas termales que brotan de la montaña. Impresionante. Ya los griegos encontraron en lo alto de esta montaña un lugar perfecto para levantar una ciudad balneario: Hierápolis. Lo mejor de todo, en su antigua piscina termal se pueden seguir bañando los turistas y viajeros, entre restos de fustas, capitales y basas romanas y griegas. El agua caliente con cal no es apta para bucear con los ojos abiertos, pero qué buena idea traerse una cámara acuática de carrete. Habrá que esperar al revelado como antaño. Mientras, os dejo con estas bonitas instantáneas.

En una de las termas de la montaña.

La piscina con los restos arqueológicos. La entrada cuesta 15 euros que a pesar de ser caro por lo menos impide la gran aglomeración...

Aquí hay más gente que personas, que dice aquél...

El teatro de Hierápolis, con un aforo de 12.000 espectadores. Los arqueólogos suelen calcular la población de una ciudad antigüa multiplicando por 10 el aforo de su teatro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bonito es todo en Hierápolis. No te eches nada al bolsillo que los turcos (guardia civil pretoriana) deben ser muy cuidadosos con las piedras en la aduana

Clara dijo...

Llegó un pequeño trocito de cerámica que nadie echará de menos...