La primera vez que estuve en Manila traviajando ya me llevé la misma sensación. Es una ciudad enorme caótica y extremadamente contaminada. Entre las pocas zonas que se salvan del caos está Intramuros, un pequeño barrio, dónde pervive la arquitectura de la época de dominación española.
En el hostel me recomendaron ir a ver el Mercado de Chinatown dónde podría comprar algunos regalos antes de volver a casa, la verdad es que me agobié mucho con tanta gente y enseguida cambié mi itinerario. Cerca de allí me encontré una procesión cristiana. Y de ahí seguí andando hasta Intramuros y luego por la Marina hasta que volví al hotel. Un itinerario perfecto para acabar agotada y volver del tirón las casi 20 horas de viaje de vuelta.
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| En el Pink Manila Hostel, me dejaron dejar la maleta durante el día hasta la noche que cogía mi avión. |
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| Una procesión pasa por la Basílica de San Lorenzo Ruíz. |
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| San Agustín en Intramuros también estaba de celebración. |
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| La Casa Manila. Intramuros. |
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| Un pequeño rincón de Casa Manila. |
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| La entrada de Intramuros, me recordó mucho a Cádiz a la zona de la Alameda. |
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| En Manila, tuve la suerte de contemplar la Gran Luna. |
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| Un bonito atardecer en la zona de la Marina, para despedirme de Filipinas, por el momento. |
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